Llegábamos al martes 13 de enero todavía con mucho tiempo por delante para continuar visitando la gran cantidad de sitios que ofrece una ciudad del tamaño y la riqueza cultural de París.

alligre parisEntre otras muchas cosas, París ha sido una ciudad a la que se ha recurrido en un sin fin de ocasiones en el mundo cinematográfico y, aunque algunas veces estas localizaciones de película carecían de un interés turístico, lo han obtenido gracias al uso que se ha hecho de ellos en la gran pantalla. Como muchas otras ciudades en el mundo, se puede hablar de París, una ciudad de película.

Más allá de estas paradas, nuestro día comenzaba como más nos gusta: con la visita a uno de los rastros de la ciudad. Esta vez elegimos el Marche d’Aligre, en la plaza que lleva este nombre, una combinación de rastro de todo tipo de artículos usados, y un mercado de comida que presume entre los parisinos de ser uno de los sitios más baratos en los que hacer la compra al aire libre.

El frío propio de cualquier ciudad europea en el mes de enero se dejaba sentir, y nada mejor para experimentarlo de verdad que dejarse “acariciar” por la fría brisa en las alturas de la Torre Eiffel. Esto además, nos permitiría traernos con nosotros algunas fotografías del monumento que pudiésemos publicar sin ningún tipo de problema (¿has leído nuestro primer post de París? París y los derechos de autor).

eiffel parisDebido al viento de ese día, no estaba permitida la subida a la parte más alta de la torre y nos tuvimos que conformar con el acceso al segundo piso, en ascensor.

eiffel paris

Compramos la entrada una vez llegamos allí, sin reservar con antelación, y la verdad que al contrario de lo habíamos oído, no tuvimos que esperar en exceso para acceder. Y lo que más nos retrasó fueron los registros incluidos en los dispositivos de seguridad que tenían lugar a lo largo de toda la ciudad en los edificios y monumentos de alto interés turístico.

¿Alguna curiosidad? La torre tenía instalada en la segunda planta una pequeña pista de patinaje sobre hielo.

deux magotsNuestra primera parada cinematográfica del día fue la cafetería Les Deux Magots, en el área de Saint Germain des Pres, en el distrito 6 de París, en donde habíamos parado a almorzar un menú a precio no tan popular como el primer día pero totalmente razonable.

Antes de cafetería, el negocio comenzó como tienda de textiles, centrado sobre todo en la venta de lencería. Su localización no era la actual hasta el año 1873, y en el año 1884 comenzo a funcionar como cafetería y licorería, conservando el nombre original con el que se había fundado. Siendo hoy un lugar con interés turístico, fue frecuentado en su época por la élite intelectual y artística de París, Sartre, Hemingway y Picasso eran algunos de sus clientes habituales.

En lo que tiene que ver con la aparición de esta localización en el cine, dos referencias de caracter actual: una es la película francesa Intouchables (2011), dirigida por Olivier Nakache, y en mi opinión personal una película de las que uno no puede dejar de ver una y otra vez. La segunda, la película de ciencia ficción dirigida por Christopher Nolan, Inception (2010).

pont des artsDe camino a otra localización cinematográfica, parada en el comunmente llamado “puente de los candados”, el Pont des Arts. Como era de esperar, ya no caben más candados, y éstos se han extendido a zonas y accesos cercanos al puente, incluso a otros puentes de la ciudad, porque lógicamente no vamos a parar nosotros de poner un candado en el puente, aunque esto conlleve daños y reparaciones periódicas de algunos puntos del mismo, ¿verdad?

El lugar al que nos dirigíamos nos hacía especial ilusión de visitar por todo lo que nos gusta una de las películas en la que aparece como localización. Y este no es otro que la librería Shakespeare and Company. Hoy en día funciona como una librería de libros nuevos y de segunda mano, y como biblioteca en la que sentarse a leer mientras algún visitante toca el antiguo piano propiedad de la casa e instalado en la segunda planta. Un sitio original la verdad. ¿Referencias en el cine? Before Sunset (2004), segunda parte de una trilogía dirigida por Richard Linklater, cuyas tres películas merecen totalmente la pena; y Midnight In Paris (2011), dirigida por Woody Allen, y que transcurre de principio a fin en la ciudad en la que nos encontrábamos.

shakespeare company          saint ettiene mont

Esa misma noche, antes de regresar al apartamento, visitaríamos otra localización de Midnight in Paris: las escaleras en las que de forma misteriosa, a medianoche, el protagonista se encontraba a si mismo retrocediendo en el tiempo y viviendo los felices años 20 de la ciudad. El lugar: la iglesia de Saint Ettiene du Mont, en Montagne Sainte-Geneviève.

El día siguiente sería un día de museos y largas caminatas. Y también el día de intentar comprar, como muchísima otra gente en la ciudad y en toda Francia, el número correspondiente del semanario satírico francés contra cuya sede se había producido el ataque la semana anterior a nuestra llegada. Las colas en quioscos y distintos puntos de venta comenzaron a partir de las cinco de la mañana para intentar comprarlo, y durante el primer día sería casi imposible de encontrar, aunque en días posteriores se facilitó la tarea con el aumento de la tirada ante la gran demanda ya no sólo en el país, sino en el resto del mundo. Nuestra suerte nos llevaría a conseguir dos números en el primer día y de una forma poco corriente, en uno de los varios quioscos de los pasillos del metro que sacaba una caja llenita de semanarios a eso de las 11 de la mañana (muchas cajas se extraviaron o fueron robadas ante la alta demanda y se recuperaron de nuevo a lo largo de la mañana, con lo que en muchos puntos de venta aparecieron de la nada más ejemplares cuando ya se suponían agotados. O eso escuchamos).

Algo que teníamos en mente para este día era acudir lo más temprano posible al Grand Palais, con la idea de conseguir entradas para su evento más importante del 2014 y que, probablemente, haya sido la última exhibición realizada fuera de Japón de muchas de las obras del artista de ese país Katsushika Hokusai, ante la inminente apertura y localización permanente de gran parte de su trabajo en el Hokusai Institute de Tokio. Además, era la primera vez que un número tan alto de obras de Hokusai abandonaban Japón para una exhibición en concreto.

Pero no pintaba bien. Como ya sabíamos, entradas agotadas en internet. Y una vez en el sitio, colas de unas 5 horas, como mínimo, para poder acceder al recinto. Desistimos y decidimos regresar a última hora de nuevo por recomendación del personal de seguridad. Pero esto tampoco daría resultado. Todo hacía presentir que nos quedaríamos sin asistir por mucho que lo intentásemos, pero ahí estaríamos también a la mañana siguiente.

pont alexandreIgualmente, esto no hizo que no disfrutásemos de un paseo mañanero por el Puente Alexandre III, con sus pintorescas esculturas y sus farolas art noveau.

Y para nuestro primer día de museos, no por ser previsibles, ¿pero con cuál creen ustedes que íbamos a empezar? Exacto. Realizamos nuestra primera parada en el museo que encabeza siempre la lista de museos más visitados del mundo: el museo del Louvre. Con cifras anuales que siempre rondan, por lo menos en la última decada, los 8 o 9 millones de visitantes. Una barbaridad si tenemos en cuenta, por ejemplo, que en cifras de 2014, el Louvre lo visitaban unas 9.300.000 personas y su directo perseguidor en este ranking, el British Museum de Londres, era visitado por cerca unas 6.700.000.louvre piramide

Una vez dentro (recomendamos a quien se aventure a visitarlo utilizar la entrada del centro comercial Carrousel du Louvre, con mucha menos cola que la entrada superior de la famosa pirámide de cristal), mucha gente y un enorme museo para visitar, con lo cual decidímos disfrutar del hecho de encontrarnos dentro de este lugar sin prestar mucha atención a la cantidad de obras que nos íbamos encontrando. Y es que para reparar en cada una de ellas se necesitarían varios días completos dentro de este espacio cultural.

¡Qué pequeña se hace la Mona Lisa ante tanta gente y expectación! ¡Y que grande se hace la Venus de Milo subida en su pedestal!

Nada mejor que un largo paseo al aire libre después de unas horas de museo. Atravesar los Jardines de Tuileries hasta llegar a la Place de la Concorde y la Grand Roue (la Noria de París). Y recorrer a continuación las dos orillas del Rio Sena, sin prisa, de vacaciones, disfrutando de París, una ciudad de película.

jardines tuileries     plaza concorde     pont alexandre sena